DICCIONARIO
BIOGRÁFICO

DIONISIO ROJAS CABALLERO
Una historia de vida y familiar ligada a la militancia y participación política posee Dionisio Rojas Caballero, quien a sus 73 años recuerda cada momento de ella.
Si bien nació en Antofagasta, creció en Colina, Región Metropolitana. Su militancia comenzó desde joven, “mi militancia comenzó porque mi madre fue militante, los hermanos de mi mamá estuvieron presos en Pisagua en la época de Gabriel González Videla; por lo mismo, siempre escuche un relato con una parte sindical, trabajadora de las salitreras”.
En 1964 ya radicado en Antofagasta, en la población O’Higgins, gracias a su hermano mayor que trabajaba en Chuquicamata Codelco, pudo acceder a un empleo, aunque como explica “siempre quise estudiar educación, pero teníamos que trabajar y cooperar en la casa. Me buscó pega de trabajo en un laboratorio”.
Consiguió un trabajo en Codelco y comenzó así su periplo militante, gracias a la figura de Osvaldo Tello, quien integraba el sindicato del laboratorio donde Dionisio se desempeñaba.
Recuerda y rescata los momentos vividos en el proceso previo a la Unidad Popular. “Eso fue precioso para mí, a mí me pasó algo extraordinario, conocí a Alberto Carvajal del MIR. Fui en el periodo que viví como estudiante y trabajador. Me fui a vivir un tiempo a Perquenco en la zona de Temuco, ahí pude realizar mi práctica como profesor (junto a su trabajo pudo ingresar a estudiar docencia) y fui enviado a un pueblito, Ayuntú. El Golpe de Estado me pilló en un fundo”, en ese entonces ya era militante de las juventudes del Partido Comunista.
La Corfo entregaba cursos de análisis químico y los hice, entre a trabajar en laboratorio. Me fui a Calama a vivir, entré al partido comunista. Osvaldo Tello que era parte del sindicato.
El proceso previo a la unidad popular. Fue precioso para mí, a mi paso algo extraordinario, conocí a Alberto Carvajal del MIR. Fui un periodo que viví como estudiante y trabajador. Me fui a Perquenco en Temuco a realizar mi práctica como profesor y fui enviado a un pueblito Ayuntú. El golpe de estado me pilló en un fundo. Era militante de las juventudes del PC.
El comienzo de la Dictadura Militar fue un momento complejo en su vida. Estando en Antofagasta opta por devolverse a Santiago, “en La Calera me bajan los Carabineros y me trajeron de regreso a Antofagasta”, explica.
Su detención significo el ser enviado a Chillán, en la segunda comisaría “el sargento Irribarren – relata Dionisio – entrega en buen estado a los detenidos. Estaba relegado en Chillán, después trabajé en un fundo y después de un año llegué a Santiago nuevamente. Pude pasar a Argentina, desde ahí a Bolivia, a Paraguay y a Panamá y desde ahí a Alemania para juntarme con mi madre y vivir el exilio”.
Vivió exiliado siete años. “Cuando volví a Chile me sentía extraño en mi propia tierra, para reintegrarme y reinsertarme me enviaron a hablar con el abogado Valenzuela, pero su actitud me hizo sentir herido y menospreciado. Pensé en devolverme al extranjero, pero en la Avenida Brasil encontré pega como bodeguero administrativo”.
Su familia fue un soporte importante, “felizmente mi familia, mi mujer me entendía muy bien ella era profesora”.
Dionisio indica que “un mensaje a las nuevas generaciones. Yo solo pido que defiendan sus ideas, yo voy a morir con mi ternito de profesor pobre, pero feliz de haber vivido esta época, la volvería a vivir, si llegara un Allende yo igual lucharía”. Agrega que “la juventud debe ilustrarse un poco, que sepa y entienda lo que pasó. Esto da vuelta, esto puede volver, debemos estar preparados, la gente debe tomar conciencia de lo que se vivió”.