El periodista Federico Quilodrán Chávez fue detenido a los 28 años un 12 de septiembre de 1973. Llevado al Estadio Chile y posteriormente al Estadio Nacional, desde donde fue trasladado a la exoficina salitrera Chacabuco, la cual funcionaba como centro de reclusión para prisioneros políticos.

Una vez que llegó a Chacabuco, fue destinado a la casa 75 del pabellón número 34. Fue Jefe de Pabellón y parte del Consejo de Ancianos. Además, de ser parte de los talleres de artesanía, para aportar desde su profesión, se encargó de ejercer labores periodísticas en el Diario Mural del campo de prisioneros.

Los recuerdos de la experiencia están cruzados por la brutalidad militar, el frío y el ambiente de terror. Sin embargo, lo que rescata es “la entereza, las flaquezas de unos pocos, pero por sobre todo la solidaridad de muchos compañeros”.