DICCIONARIO
BIOGRÁFICO

JOSÉ GREGORIO SAAVEDRA GONZÁLEZ
Nació en la Oficina Salitrera Victoria el 10 de febrero de 1955. Sus padres fueron José Gregorio Saavedra Navarrete y Ana Luisa González Barraza. Era el cuarto hijo, único varón de los cinco hermanos que componían la familia.
La enseñanza básica la realizó en el Grupo Escolar de Calama, hoy Escuela Presidente Balmaceda, la educación media en el Liceo Industrial, hoy Liceo Bicentenario “Cesáreo Aguirre G”, donde estuvo dos años, para partir al Liceo de Chuquicamata que era humanista, ya que le gustaba la astronomía. Era un niño alegre, amistoso, era una persona solidaria, cariñoso, muy apegado a su mamá y regalón de sus hermanas mayores. Su sueño era llegar a estudiar astronomía incentivado por su padre quien tenía libros ilustrados de las constelaciones y los planetas. Pasaba horas mirando las imágenes de los textos.
En su adolescencia y cuando asumió la presidencia Salvador Allende Gossens se identificó con él por su plan de gobierno, su deseo de hacer de Chile un país igualitario y derrotar la pobreza. Por lo mismo participaba en los trabajos voluntarios junto a los curas obreros y dedicaba los fines de semana a ayudar en las poblaciones a techar casas y en lo que fuera necesario. También colaboró en la construcción de la capilla de la población 21 de Mayo.
El 11 de septiembre de 1973 con 18 años y estudiando en el Liceo de Chuquicamata. José integraba la directiva del Centro de Alumnos del Liceo y militaba en el Frente de Estudiantes Revolucionarios (FER) que era parte del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR).
José, conocido como “Pepe”, fue detenido por carabineros la noche del 24 de septiembre de 1973 en la casa de su hermana Ángela. Las fuerzas policiales irrumpieron en forma violenta amedrentando a la familia y llevándose a José a la Comisaría, en principio para un interrogatorio y que sería devuelto a la casa, pero nada de aquello fue cierto. Estuvo incomunicado durante cinco días, período en que era llevado diariamente al centro de torturas ubicado en la inmediaciones de la Fábrica de Explosivos Río Loa Dupont, la cual se ubicaba en las afueras de la ciudad, los mismos torturadores le llamaban “El Palacio de la Risa”. José fue salvajemente torturado, le quemaron las manos con cigarrillos, fue golpeado con sacos mojados y su cabeza fue sumergida en los bebederos de los caballos.
Posteriormente, fue trasladado a la Fiscalía Militar donde lo condenaron a 541 días de relegación al sur del paralelo 38, según el dictamen por haber quebrantado el Bando N° 24, que prohibía participar en reuniones en tiempo de Estado de Sitio.
El 29 de septiembre fue ingresado a la Cárcel de Calama donde permaneció hasta el 19 de octubre, se cree que aproximadamente hasta las cinco de la tarde.
Durante su detención la familia lo visitó en todas las oportunidades en que hubo oportunidad, llevándole alimentos, cigarrillos y lo más importante entregarle cariño y contención. Sin embargo, la mañana del 19 de octubre llegó a Calama la comitiva militar a cargo del coronel Sergio Arellano Stark, la denominada “Caravana de la Muerte”, la misión de este grupo era eliminar a los opositores de la dictadura. Alrededor de las cinco de la tarde José fue sacado del penal junto a 25 personas, conducidos a los cerros del sector Topáter, donde fueron masacraron con corvos y dándoles después el tiro de gracia.
Según los relatos, José tuvo que escuchar los gritos y el llanto de todos sus compañeros, una vez acribillados éstos, fue ejecutado, Sergio Arredondo fue quien le dio el tiro de gracia. Los cuerpos se ocultaron en una fosa común camino a San Pedro de Atacama en el sector denominado “Quebrada del Buitre”. Posteriormente, los cuerpos fueron lanzados al mar en una fecha no determinada dese un avión.
En julio de 1990 se encontró la fosa y se recuperaron pequeños restos de sus cuerpos, de José se identificaron dos trozos de vértebras, un diente y un trozo de costilla. A través de los años se ha logrado identificar a 24 de las víctimas por medio de la técnica de ADN nuclear.
En 2004 en el lugar donde fueron enterrados clandestinamente los cuerpos se construyó el Memorial “Parque para la Preservación de la Memoria Histórica”, sitio donde cada año el 19 de octubre se rinde homenaje a las víctimas de la dictadura.
Después de 48 años de lo sucedido, aún no se ha hecho justicia, ya que los procesos siguen abiertos en la Corte Suprema.