A sus 22 años, Reinaldo Lizana Espinoza, combinaba su experiencia de estudiante de la Universidad Técnica del Estado y su trabajo en MADECO. Fue detenido el 13 de septiembre 73, llevado a la Octava Comisaría de Santiago, luego a una de las Bases de la Fuerza Aérea para terminar recluido en el Estadio Nacional.

Trasladado vía aérea a la Segunda Región, fue llevado a al centro de prisioneros políticos emplazado en la exoficina salitrera Chacabuco. En el lugar fue asignado a la casa 3-A del pabellón 34.

Sus recuerdos del lugar están marcados por la aparente soledad de las barracas, pero que se rompía “al ver aparecer después de un rato muchas cabezas, entre las arpilleras que cubrían puertas y ventanas”.

Uno de los recuerdos que atesora es “la fuerza y entereza de todos quienes estábamos ahí. Haberse mantenido enteros, íntegros y vigentes”.