DICCIONARIO
BIOGRÁFICO

VIOLETA DEL ROSARIO BERRÍOS ÁGUILA
“La justicia no ha llegado a nosotros”, es la expresión de Violeta del Rosario Berríos Águila exposa de Mario Arguelles Toro, quien es detenido y ejecutado político por la Caravana de la Muerte en su paso por Calama.
Violeta nació en Buín, creció en Santiago y a los 30 años conoció a Mario y con él se trasladó al norte un 6 de agosto de 1964. Los motivos fueron que “Mario tenía a su madre enferma de cáncer y me pidió que me viniera con él a ayudar, me vine y en octubre falleció la señora Mercedes y nos quedamos con la media hermana de Mario de seis años”.
La ejecución de su Mario fue un golpe en su vida; al tiempo ella y las otras mujeres conforman la Agrupación de Detenidos y Ejecutados Políticos. “Durante la dictadura por un tiempo llegó un Asistente Social que vino a conversar y hacía terapia con nosotros para salir de lo que estaba pasando: Saben qué chiquillas, creo que sería bueno que ustedes hicieran una agrupación. Yo jamás había participado en ninguna cosa, yo era mi casa, Mario y América y nada más”.
Todas las compañeras de Violeta estuvieron de acuerdo, la complejidad era que todas tenían hijos; “entonces nadie, por el tiempo en que estábamos y lo que pasaba nadie quiso asumir, por lo que asumí yo porque no tenía nada que perder”.
El trabajo comenzó a escondidas, realizaron actos en la Vicaría todo a puertas cerradas, “cuando empezamos con las demandas nos abrimos un poco. Aquí en Calama nadie creía que habían sido fusiladas 26 personas el 19 de octubre de 1973 a las 6.30 de la tarde”.
Con respecto a Mario, describe que tenía militancia política, pertenecía al Partido Socialista, a los 13 o 14 años se afilió el mismo día que Carlos Ominami. Para el Golpe de Estado, él era tesorero de la Juventud Socialista. Por ser de izquierda lo buscaron”.
Violeta relata que la agrupación entiende que su primera tarea es comenzar la búsqueda. “Llegó una compañera que no conocía entonces, Victoria Saavedra, nos dimos cuenta que lo que teníamos que hacer era buscar; buscar antecedentes, datos y empezamos con la búsqueda. Por desgracia llegamos tarde a donde deberíamos llegar. Comenzamos yendo a la pampa desde la mañana hasta las cuatro o seis de la tarde, prácticamente vivíamos en la pampa. Fue buscar, buscar y buscar hasta que encontramos, fueron años y años buscando”.
Para ella es muy difícil explicar lo que sintió al momento en que encuentran los primeros indicios de que en un lugar estaban los restos de los ejecutados. “Unos compañeros comunistas cada vez que podían se iban a la pampa y una noche, en que estaba con el hermano de Mario tomando un té, llegan en la noche y nos dicen: los encontramos, vamos para que veas el video. Un video que nos mostraba huesitos encima de la tierra. Se avisó a la abogada Alicia Vidal. Fuimos y estuvimos, nos sentamos, todos caminando y mirando, yo no sé dónde estábamos. Vinieron de Santiago, del Médico Legal y se empezó a trabajar, en el 90”.
Hasta la fecha de los restos que se encontraron se reconocieron a 24 de los 26 ejecutados.
El inicio de la búsqueda determinó para Violeta realizar un giro en su vida. “Yo no era militante. Pero me inscribí en el partido de Mario, porque la bandera de él no podía estar en el suelo, debía estar en alto. Estuve muchos años y me cansé, porque prometen, prometen y prometen y no hacen nada, me cansé de ser escalerita para
los diputados y me quedé con la agrupación. Sabe por qué, nunca pedí nada para mí, solo para la agrupación”.
Sobre la relación de la comuna con la agrupación. Destaca que después de años de buscar justicia verdad, como en todas partes hay personas que entienden, otras que no. “Es muy difícil vivirlo, yo me quedo con lo bueno y no con lo malo. Nuestras actividades han llegado a la gente, son 49 años desde ese trágico acontecimiento. El 19 de octubre se hace un encuentro en la noche y se hace en la pampa, la gente llega con cosas para compartir, incluso ahora está llegando juventud que es lo más importante, hay que enseñarles para que nunca más pase esto en Chile”.
Su mensaje a nuevas generaciones es partir diciendo que “la justicia no ha llegado, la justicia no ha llegado a nosotros”.
Agrega que “las protestas de ahora no son la manera, de insultar, de destrozar las cosas que no tienen la culpa de lo que hacen los hombres. Aprendan que con la voz en mucho más fuerte. Esto no debe pasar nunca más en Chile, aprendamos a protestar en sin dañar a nadie, es la mejor manera de hacerlo”.